Había una vez una familia que vivía muy feliz en un pueblo
llamado maracuyá.
El padre don Felipe un hombre trabajador, honesto,
responsable, respetuoso, ayudaba en los que hacer del hogar cuidaba a los niños
conjuntamente con su esposa. Doña margarita
una mujer trabajadora, atendía a cada uno de los miembros de la familia,
hacia los quehaceres del hogar, atendía al niños pedro y a la niña juanita de
1y 5 añitos, pedro tenía una condición no podía caminar había nacido sin las
dos piernas su madre y su padre le daban mucho cariño, lo respetaban sus abuelos también los querían mucho; un día
su mamá enfermo y don Felipe tuvo que buscar una persona que hiciera los
quehaceres del hogar lo ayudara con los niños la señora petra venía todos los
días.
Una mañana la niña juanita le dice a su mamá que se sentía
muy triste porque no podía jugar con ella en el parque, ir de paseo al centro
comercial la madre le responde ¡no te preocupes hija pronto iremos a pasear,
jugar nos vamos a divertir todos juntos ¡
Pasaron dos semanas y doña margarita murió, toda la familia
estaba muy triste, pero don Felipe saca fuerzas de donde no las tenía y dijo,
margarita ya no está pero por eso no debemos dejar que la tristeza, el dolor
nos abruma tenemos que seguir adelante los niños deben seguir creciendo con los
valores que les hemos enseñado. Pasaron los años y don Felipe se volvió a casar
con doña julia una mujer honesta, cariñosa con Pedro y Juana, amorosa con su
esposo querida por toda la familia. Un día decidieron hacer un viaje toda la
familia donde compartieron, se divirtieron y disfrutaron todos juntos.
Con los años pedro es un famoso músico, Juana una doctora famosa
en traumatología tenía una fundación para ayudar a los niños y niñas con
discapacidad en honor a su madre y hermano.
Juana se caso tiene un niño de 2 meses y lo cría bajo los
valores que le enseñaron sus padres.
Autora: Tibisay
Rivero
Mòdulo:III
Diplomado de Educaciòn Sexual
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