domingo, 10 de noviembre de 2013

Discurso



                                                                    
LABOR DOCENTE UN APRENDIZAJE COLECTIVO
   Históricamente podemos decir que la labor docente, se ha basado netamente en ver al estudiante solo como receptor de información y contenido, es así como llenar un vaso con información en ocasiones desligado de toda realidad de todo contexto en donde interactúa el estudiante sin considerar su limitaciones, necesidades intereses,  aptitudes y estilos de aprendizajes. En estos casos pretendemos que piensen igual, reacciones a los estímulos igual y que manejen los mismos valores y principios sin detenernos a pensar un poco en su individualidad y personalidad, esto no es más que la pobreza en cuanto a creatividad y disposición a lo nuevo,  a lo cambiante, ya  que es nuestro estilo etiquetar y juzgar sin detenernos a mirar esas pequeñas cosas que hacen grandes a otros. Es tanto así  que decidimos llamarles alumnos que no es más que “ser sin luz” como si fuéramos un ser superior  radiantes y con la mayor disposición a multiplicar seres iguales, sin conciencia, sin pensamiento y sin critica.
    Es lamentable  cuanto nos cuesta planificar un proyecto novedoso atractivo y tangible donde nuestros niños, niñas y adolecentes, se sientan a gusto, dueños y creadores  de su propio aprendizaje poniendo en práctica cualquiera sea su inteligencia: visual, auditiva, táctil o cualquiera otra, que  pueda ser su forma de aprender,  o de apropiarse del sentido de la vida, y salir de la rutina, esa  que nos agobia y nos entorpece despiadadamente, nos cambia el rumbo y la tranquilidad. Y si supiéramos qué fácil es aprender de todos y que todos aprendan lo bueno de nosotros.
    Las dueñas de este discursos pensamos que si nos enamoramos de nuestra labor se puede ser que las actividades se faciliten y las estrategias salgan de nuestra mente semejante a como brota el agua de los caudales de un rio y se deja llevar por la corriente y se doblega a su fuerza y dejamos que nos  sumerjan  a lo más profundo de sus desembocaduras, así mismo nuestros niños,  niñas y adolecentes nos verán con otra mirada y encontraran en nosotros ese ser que les escuche , les comprenda y les oriente con el más sublime sentimiento de amor, convirtiéndonos en reales “maestros”.
   Dentro del día a día es necesaria una reflexión profunda de nuestra labor, lo que somos y que queremos como profesional y sobre todo comenzar a establecer prioridades tales como: que es más importante para mí docente. Que el niño aprenda por ejemplo,  valores por medio de cuentos y canciones, o que se reflexione sobre algo tan tangible como su vida personal y evaluar donde ponen en práctica esos valores, porque en ocasiones no es que estén ausentes, sino que están presentes en otras dimensiones por ejemplo el que roba para alimentar a sus hijos y el fin último que es el valor amor a su familia y el bienestar de la misma, entonces basta ya de tantas formatos llenos de letras sin vida de actividades sin latir propio y evaluaciones sin experiencias de vida .

Yessica Rodriguez Rivas
diplomado de educacion sexual y reproductiva II cohorte.

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