LABOR DOCENTE UN APRENDIZAJE COLECTIVO
Históricamente podemos decir que la labor docente, se ha basado
netamente en ver al estudiante solo como receptor de información y contenido,
es así como llenar un vaso con información en ocasiones desligado de toda
realidad de todo contexto en donde interactúa el estudiante sin considerar su
limitaciones, necesidades intereses,
aptitudes y estilos de aprendizajes. En estos casos pretendemos que
piensen igual, reacciones a los estímulos igual y que manejen los mismos
valores y principios sin detenernos a pensar un poco en su individualidad y
personalidad, esto no es más que la pobreza en cuanto a creatividad y
disposición a lo nuevo, a lo cambiante,
ya que es nuestro estilo etiquetar y
juzgar sin detenernos a mirar esas pequeñas cosas que hacen grandes a otros. Es
tanto así que decidimos llamarles
alumnos que no es más que “ser sin luz” como si fuéramos un ser superior radiantes y con la mayor disposición a
multiplicar seres iguales, sin conciencia, sin pensamiento y sin critica.
Es lamentable cuanto nos cuesta planificar un proyecto
novedoso atractivo y tangible donde nuestros niños, niñas y adolecentes, se
sientan a gusto, dueños y creadores de
su propio aprendizaje poniendo en práctica cualquiera sea su inteligencia:
visual, auditiva, táctil o cualquiera otra, que
pueda ser su forma de aprender, o
de apropiarse del sentido de la vida, y salir de la rutina, esa que nos agobia y nos entorpece
despiadadamente, nos cambia el rumbo y la tranquilidad. Y si supiéramos qué
fácil es aprender de todos y que todos aprendan lo bueno de nosotros.
Las dueñas de este discursos pensamos que
si nos enamoramos de nuestra labor se puede ser que las actividades se
faciliten y las estrategias salgan de nuestra mente semejante a como brota el
agua de los caudales de un rio y se deja llevar por la corriente y se doblega a
su fuerza y dejamos que nos sumerjan a lo más profundo de sus desembocaduras, así
mismo nuestros niños, niñas y
adolecentes nos verán con otra mirada y encontraran en nosotros ese ser que les
escuche , les comprenda y les oriente con el más sublime sentimiento de amor,
convirtiéndonos en reales “maestros”.
Dentro del día a día es necesaria una reflexión profunda de nuestra
labor, lo que somos y que queremos como profesional y sobre todo comenzar a
establecer prioridades tales como: que es más importante para mí docente. Que
el niño aprenda por ejemplo, valores por
medio de cuentos y canciones, o que se reflexione sobre algo tan tangible como
su vida personal y evaluar donde ponen en práctica esos valores, porque en
ocasiones no es que estén ausentes, sino que están presentes en otras
dimensiones por ejemplo el que roba para alimentar a sus hijos y el fin último
que es el valor amor a su familia y el bienestar de la misma, entonces basta ya
de tantas formatos llenos de letras sin vida de actividades sin latir propio y
evaluaciones sin experiencias de vida .
diplomado de educacion sexual y reproductiva II cohorte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario